Enfermedades

Luisa Velasco
Geriatra
Clínica Seminario Mayor

Crónicas

Las enfermedades crónicas son dolencias de duración superior a seis meses, de progresión lenta, no transmisibles y, en una gran mayoría, sin curación.

Aceleran la fragilidad y dependencia de las personas mayores, afectando a su autocuidado y reduciendo su autonomía.

Las enfermedades crónicas más frecuentes son las físicas, las de ámbito neurológico y las específicas de la ancianidad.


Enfermedades crónicas físicas más frecuentes.

  • Riesgo cardiovascular. Diabetes, hipertensión, elevación del colesterol.
  • Enfermedades del corazón. Insuficiencia cardiaca, arritmias, patología isquémica.
  • Enfermedades del pulmón. Bronquitis crónica, asma de inicio tardío.
  • Otras. Enfermedades oncológicas, anemias, insuficiencia venosa, artrosis.


Enfermedades crónicas ámbito neurológico/psiquiátrico más frecuentes.

  • Demencias como la Enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, demencia por cuerpos de Lewy.
  • Parkinson y otros trastornos de la marcha y por pérdida de equilibrio.
  • Cefaleas.
  • Crisis comiciales – epilepsia.
  • Trastornos del comportamiento asociados a demencia.
  • Trastornos psicóticos del anciano.


Enfermedades crónicas específicas de la ancianidad.

  • Síndromes geriátricos. Depresión, insomnio, incontinencia, estreñimiento, síndrome de caídas, síndrome de inmovilidad.

Agudas

Las enfermedades agudas aparecen repentinamente por causas diversas, son diagnosticables y, con una prescripción médica adecuada, la persona recupera su salud.

Las enfermedades agudas más usuales en el anciano son infecciones de orina y respiratorias, impactación fecal, retención urinaria, descompensación aguda de enfermedades crónicas, agitación sin causa aparente y fiebre de origen no claro.

La neumonía es una causa frecuente de enfermedad aguda. Por su mayor fragilidad, el anciano es susceptible de padecer infecciones víricas y bacterianas debido a un sistema inmune debilitado y un sistema respiratorio vulnerable a agresiones externas. Además, la dificultad para deglutir y los atragantamientos favorecen la aparición de infecciones respiratorias y neumonías, en ocasiones graves.

La agitación sin causa evidente es un estado de inquietud, irritabilidad, intolerancia a la frustración, insomnio. En ocasiones, muestra agresividad verbal y física hacia el entorno y las personas que provoca falta de bienestar en el paciente y en la familia. Suele darse en personas con escasa reserva cognitiva, deterioro cognitivo leve o demencia manifiesta. Se desencadena por un problema físico, fiebre, dolor, estreñimiento, infección o cualquier situación que provoque disconfort en el anciano. Es difícil de detectar y de tratar, exige resolver la causa física que provocó la agitación.

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